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jueves, 5 de diciembre de 2013

Puñal de María Stma de Palma y Esperanza


María, una espada te atravesará el corazón (Lc, 2, 33-35)

    En apenas unos días, celebraremos la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, dogma de fe para los cristianos aprobado por su Santidad Pio IX el 8 de diciembre de 1854.

    Época ésta del Adviento en la que María adquiere un protagonismo especial. En su seno, primer sagrario de la historia, crece el Hijo de Dios, de ahí que próximamente, el 18 de diciembre celebraremos también la fiesta  de la Expectación de la Virgen, o lo que es lo mismo, el día de Nuestra Señora de la Esperanza, de  la nueva Esperanza que en la Nochebuena nacerá en Belén en el establo de una humilde posada.

    Fechas próximas a la Navidad, en la que nuestras imágenes marianas son ataviadas con los colores propios de la Inmaculada, llenando nuestras capillas de tonos celeste y blanco, y desposeídas de cualquier atributo pasionista.
El celeste es el color litúrgico en esta Solemnidad de la Inmaculada.
Privilegio concedido a España, gran impulsora en la aprobación de este Dogma de Fe.

Nuestra Señora de Palma y Esperanza, ataviada para la Inmaculada.
      No obstante, en la vida de la Virgen, las alegrías siempre iban acompañadas por la sombra de la cruz. Apenas nacido el Niño, acompañada por San José, la Sagrada Familia se pone en camino para presentar a Jesús en le templo de Jerusalén, y es entonces cuando el anciano Simeón profetiza que a "Ti María, una espada te atravesará el corazón". Resignada y humilde guarda aquello en su corazón.
El verde, en este caso de una esmeralda, siempre será el color de la Esperanza.
Puñal de Áncora, realizado en plata de ley sobredorada.
      Es por tanto, simbología y catequesis todo aquello que visto y comprendido desde el propio evangelio, se transforman en ornamentos sagrados y artísticos en nuestras imágenes.

    Es el caso del Puñal que luce habitualmente Nuestra Señora de Palma y Esperanza realizado en Orfebrería Palmeña en plata de ley sobredorada. No es por tanto una joya más de su ajuar, sino la expresión plástica de aquella profecía de Simeón que se hace visible en nuestras Dolorosas de Semana Santa.
     Si además añadimos la original silueta de esta pieza en forma de "Ancla o Áncora", estamos representado a la par, el símbolo de la Esperanza , o lo que es lo mismo de la salvación, es Cristo quien nos da la firmeza y evita el naufragio de nuestras almas ante las tempestades de la vida.

    Ya en la carta a los hebreos se hace referencia a las promesas de Dios en Jesucristo como esperanza de los cristianos, en un ancla: 

"asiéndonos a la 
esperanza propuesta, 
que nosotros tenemos
como segura y sólida
ancla de nuestra alma"

                     Hebreos 6, 19

     



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